jueves, 8 de mayo de 2008

¿Para esto tanta adolescencia?


Escucho Ben Harper en mi mp3 mientras procuro dormirme. Son las tres de la mañana, y mi insomnio, el centinela que bosteza aburrido cada noche, es el hábitat perfecto para los pensamientos. Especialmente los preocupantes, es decir, lo que me preocupan. No quiero ponerme a escribir, porque se me hará muy tarde, y mañana quiero despertarme a una hora decente. Pero… ¿Para qué? Mañana nada me urge, no tengo trabajo, sólo mucho tiempo para hacer cosas que cualquier persona adulta (como seguro me comprendería Antoine Saint-Exupéry) consideraría razonables. Entonces me doy cuenta de la desilusión gigantesca que se va apoderando de mí, y me gustaría pensar que también de mi generación.

Pienso en Aita y Amatxo (papá y mamá), ellos lucharon por unos ideales políticos, por la libertad, tenían pantalones de campana, y pelos largos y lisos. Cantaron “Al vent” y sonrieron a la democracia, guiñando, cómplices, la clandestinidad. Vale, todo aquello fracasó, y toda la fuerza política ingente que tenía España fue absorbida por el sistema, Mayo del 68 acabó, (Daniel Rojo, ahora europarlamentario, pidió el “sí” para la constitución europea, bien llamada por los malvados “la constitución del capital”) y los discos de vinilo se guardaron en cajas. Pero ellos, nuestros padres, llegaron a ser lo que estudiaron. Por aquella época, en España, había mucho trabajo especializado, y ya sabemos que las penas con pan, son menos penas. Nuestro Felipe González iba con su chaqueta de pana en un vehículo oficial de última generación. No sé, no sé. Fracasaron los sueños políticos, pero tuvieron futuro profesional, futuro en lo que querían ser, en lo que habían estudiado. Imagino que por eso se aburguesaron tan rápido. Luego, los más combativos, encontraron buen trabajo en los sindicatos, ya plenamente institucionalizados (Eso sí, el 1 de Mayo bocata y cerveza, y puño en alto, el corazón rojo lo seguimos teniendo, eso y un mes de vacaciones pagadas).

La siguiente generación, la de los ochenta, bueno, lo pasó un poco peor. ¡Pero ellos tenían drogas! ¡Y tenían la movida! Debió ser una época maravillosa… Salir con mallas rosas, caras pintas como en la serie “V” y “pinchos en los cueros” que cantaba mecano. ¡Qué envidia! Vale, acepto que fue una época jodida para la juventud… ¡Pero tenían la cultura en pleno apogeo! Una cultura suburbial, decandete, donde las mandíbulas masticaban indecentemente los chicles y las chicas querían a los chicos malos. Los punk todavía no compraban su ropa en tiendas especializadas y los pijos deseaban serlo.

Ahora todo está mejor… ¿De qué te quejas, Javitxu? (Me diría un adulto razonable) Pues de que me siento perdido, y junto a mí, veo perdidas las mentes más magníficas que conozco. Me siento como viajando a bordo de un barco enloquecido que viene de la noche y va a ninguna parte, como diría Sabina. Junto a mí, están las personas que aprecio intelectualmente, y emocionalmente claro, están tan desorientadas… Tanto como yo, quiero decir. Pero no es sólo cuestión de trabajo, sino de una insatisfacción vital. En una viñeta de Quino, Mafalda escucha una conversación de adultos, y a continuación va corriendo a donde están sus amigos jugando y les dice “¡La pucha! ¡Resulta que si uno no se da prisa en cambiar el mundo, el mundo le cambia a él!”. Sé que yo caeré, que terminaré siendo un psicólogo haciendo el capullo con las doctrinas psicológicas absurdas (a eso le quiero dedicar otro artículo) y con suerte, podré comprarle un barco a mi padre y un jardín a mi madre. Pero no quiero llegar a eso, ¡Yo quiero cambiar el mundo! No se asusten demasiado, soy lo bastante inteligente como para saber que no lo haré, incluso (y es lo que más me asquea) sé que es una etapa y que pasa. Pero saber que es una etapa que se pasa, lo hace todavía más cruel y más absurdo.

Sí, Albert, tienes razón, tú das más a la sociedad que yo, pero esto es así porque no se valora lo que yo ofrezco, y no se valora porque NO SE VENDE. Y ya está. A pesar de todo, sigo creyendo en la justicia social, creo en la poesía, en el arte, en la cultura, creo en conciencia social, y por ello escribo, por ello intento hacer un mundo mejor en mi campo profesional, por ello intento aportar un granito a la sociedad con mi quehacer diario, y por ello cultivo el absurdo como único camino cuerdo cuando lo razonable pierde toda humanidad. El día que acepte mi destino, acabaré teniendo mi propia hipoteca y mi propio coche, un novio guapo y cuatro buenos amigos con los que recordar aquellos felices días en los que éramos tan desgraciados. Pero hasta que llegue ese día, seguiré escribiendo libros que nadie va a leer, y haciendo cronologías de la historia de la humanidad que a nadie interesará. Seguiré cuestionándome la realidad que me envuelve, y seguiré echando pestes de la psicología (¡Cuidado, que nadie cree más que yo en su capacidad!). Por cierto, Albert, escribir el libro en femenino y que la editorial me lo aceptara, es algo que me enorgullece y con lo que creo que participo en algo que considero justo (a pesar de que a mamá le siga pareciendo que es un libro de ginecología).

Todavía tengo la insocial costumbre de no tragar aquellas cosas que no me gustan. Todavía puede permitirme decirle al que me entrevista para una oferta de trabajo, que no me interesa su trabajo y que no estoy conforme con su forma de ver el trabajo. Todavía lo puedo hacer, y esa libertad es mi prisión de seda. Pero eso no quita que me sienta perdido. Sé lo que no quiero para mí, pero no estoy seguro de qué es lo que quiero. Sólo podría decir que busco el movimiento, la polémica inteligente, la ruptura con lo razonable (pero no una ruptura elitista y tan prefabricada como el objetivo que persigue), busco no perder de vista la brevedad de la vida y lo permanente de nuestro legado. José, mi hermano José, acaba de participar en una película pornográfica, y me siento absolutamente orgulloso de él. Sólo pensar en el desagrado que produce a los demás esa posibilidad, me colma de satisfacción. ¡Que los moralistas cómodos no me digan que es rebeldía! No es rebeldía, lo sería si José persiguiese llamar la atención, pero no busca eso, lo hace sencillamente porque le gusta. Claro que lo que para mí es producto de horas, él lo consigue sin pretenderlo, supongo que es lo que tiene ser un artista.

Voy a acabar este artículo ya, porque es tarde y no quiero hacerlo pesado. Quiero tranquilizar a aquellas personas que me quieren. Tranquilos y tranquilas, Javitxu es lo suficientemente razonable como para saber que el destino que le toca es la homogeneidad salpicada por nostálgicas noches con una guitarra y un cubata, recordando lo que deseamos ser, y no llegamos. Disculpadme este artículo, ¡Disculpadme! Es un artículo-grito, o mejor dicho, como escribía Gabriel Celaya: “No es una poesía gota a gota pensada, no es bello producto, no es un fruto perfecto […] son lo más necesario. Lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos”.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Tus padres no cantaron "al vent" ni de broma,,, k mentirosillo

Anónimo dijo...

¿Pero qué lloriqueo es ése? además con el cuento de la generación aburguesada, que vale sólo para unos pocos (como nuestros padres) de los que iban a las manifestaciones. La inmensa mayoría, los que no iban a la universidad, perdieron, no ideales o puños en alto (aunque es cierto que lo cambiaron por el corte de mangas cuando los sindicatos les dejaron en la estacada)m perdieron CALIDAD DE VIDA, PODER ADQUISITIVO, FUTURO PROFESIONAL!!!! Parece que no has visto Los lunes al sol, tío. No es tan importante esa parte de la población que trabaja en la UGT o similares con vacaciones pagadas y tal, no merecen tanta plegaria por sus almas corruptas. Y nosotros, los de "la primera generación que va a vivir peor que la anterior" somos fruto de eso, no necesitamos una guitarra y un cubata para acordarnos, porque esta herencia nos la comemos en forma de mierda todos los días. "No vas a tener una casa en tu puta vida"... todo eso, y el áurea de Mayo 68 que se vaya, que enterradita está muy bien, a mí me da grima. Aunque al principio me gustó tu artículo, empezaba bien, pero...

José

Anónimo dijo...

Bravo Javi, has hecho un buen pastiche. Pero cómo siempre hablas del pasado sin apuntar una solución de futuro. ¿Acaso todo el futuro que nos espera habrá de ser tan negro como lo vislumbras? Me niego a creer eso.
Sabes que te he dado la razón en miles de ocasiones, que no me gusta para nada tal cómo está tejida la red social en la que vivimos. Pero la actitud de reveldía que presentas es pasiva, estás sumido de lleno en un mundo de necesidades, consumismo e independencia. Miralo bien, ¿alguno estamos libres?
La insatisfacción/frustración que presentas es el fruto de la comparación con el pasado e inclusive, con tus propios congéneres.
Tienes unas pautas de razonamiento y de actuar esculpidas al milímetro. ( ¡incluso más que yo con mi mente cuadriculada! ) Sopesas bajo esos ideales todo lo que te rodea, lo miras bajo esa lupa. Sin embargo cuando te comparas deseeas el mismo estatus de reconocimiento y de beneficio social y material que el resto de la gente.
Planteate que sóluciones desde el punto de vista activo prodias ejercer para acercar tu pensamiento a la realidad.

Ofú!! q ya me puesto pesao!
Un Abrazo! ;-)

Alberto

Anónimo dijo...

Ya... No sé muy bien qué decir, pero todo esto me suena. Será que ya tengo unos cuantos años, aunque todavía soy joven, he padecido estas enfermedades, me he curado, he contraído otras nuevas, estoy en proceso de curarlas...y así seguimos.
¡Ah! Me alegra ver que eres uno de los nuestros. De carne y hueso, y un cerebro que funciona.

Anónimo dijo...

No hay ejercicio más digno de luchar contra el sistema que ser un indigente. La única forma de rebeldía es la inactividad en un sistema que nos obliga a convertirnos en capital. La mera participación en el sistema implica apoyo. La revolución es la destrucción de los valores, ideales y verdades impuestas. Solo a través de la denigración social hasta la extinción del orgullo basado en una cultura construida que nos impulsa a la infelicidad se llega la lucha real. Las falsas ideas de lucha activa que implican democracia e integración en el sistema son muestras de debilidad y pasividad ante la guerra que no nos atrevemos a luchar. Hay niveles dentro de este proceso de autoexclusión y autodestrucción social que es la herramienta más valiente de resistencia, la pegunta es ¿en que nivel de lucha estas tú?

Anónimo dijo...

Al anterior, se puede luchar contra el sistema y tener una vida fuera de la indigencia. No coartes la imaginación de las personas y deja que se busquen nuevas maneras de enfrentarse a los viejos problemas... Al fin y al cabo el hombre ha llegado a la Luna y ha descubierto el positrón.
:p

Anónimo dijo...

Me alegra saber que Nelly Armstrong es la representación de la lucha ante “viejos problemas” ¡los viejos militares blancos rodeados de banderas de los estados unidos nunca mueren! ¡Viva la guerra fría y la competición aeroespacial, claros símbolos de resistencia social! Me gusta mas otro Armstrong un tal Louis de principios del siglo XX que siendo negro y pobre en Estados Unidos sin ninguna posibilidad de llegar a la luna solía decir:

Veo verdes árboles, rojas rosas también.
Las veo florecer para ti y para mí.
Y pienso para mi mismo, que mundo más increíble.

Escucho llorar a los niños, los veo crecer.
Ellos aprenderán mucho más de lo que yo nunca sabré.
Y pienso para mi mismo, que mundo más increíble.
Si, pienso para mi mismo, que mundo más increíble.

Lo que si que me pone cachondo es el positrón una antipartícula con la misma carga y masa que el electro pero con de signo contrario, positivo. De eso mas o menos hablaba yo, o quizás no, pero todo lo anti tiene su morbo.

Gracias por tu aclaración ;) me mola mucho el positrón y la luna pero no se muy bien que tiene que ver. Un guiño te hago, puede que en la ciencia este el futuro de la lucha ¡Aupa el cyborg feminista!

Anónimo dijo...

Al anterior otra vez.
Sí, sí sí... estoy de acuerdo contigo con lo de la Luna y el positrón, y también con el cyborg feminista. Admito que han sido malos ejemplos para admirar la imaginación humana... no hace falta que la ejemplifique, seguro que tú la conoces en cientos de miles de ámbitos... desde las cosillas que pensamos pequeñas e insignificantes y aquellas que pensamos que son más importantes.


Pero, insisto, se puede atacar el sistema fuera de la indigencia... eso sería un poco solución a lo budista...
Yo prefiero; con el mazo dando y a dios rogando. Aunque crea más en los seres humanos, que no personas, que en dios.
Ahhh y no soy estúpido... el mazo que yo tengo, por mis posibilidades es más bien pequeñito... o eso creo ;)

Un abrazo y saludos.

Anónimo dijo...

Anda ya....!!!
como que se va a atacar al sistema en la indigencia... pero que chorrada, eso se parece a una excusa, no puedo hacer nada y caigo en algo fácil y que suena a alternativo.
¿Indigencia = luchador?
Que se lo digan a mi asociación de ayuda al inmigrante, gente dejándose la piel para que les abran otro centro de atención en Andalucía cuando llega el invierno. Y ninguno es indigente.
Perdona pero sería cagarse literalmente en tantos luchadores que han dado y dan su tiempo, su esfuerzo, sus recursos y en casos extremos su vida para que otros y ellos mismos vivan de una forma más digna. Eso a lo que respecta a los luchadores, ahora al resto de la gente, la mayor parte de la gente... la gente que tiene sueños de mejorar, de dar a sus hijos mejores vidas de las que tuvieron... gente buena y buena gente :P ¿Qué pasa con ellos?
No son indingentes...
Venga y a trabajar :P
ea y ya me callo,
y por cierto mis padres no cantaron al Vent ni son indigentes... pero para mi han sido y serán unos luchadores.

Anónimo dijo...

Me has alegrado el día por el mero hecho de decir que ser indigente es fácil y suena alternativo. No hay nada como unos buenos cartones, la comida de los centros sociales y que la gente te mire con asco. Esa según tu es la nueva definición de moderno. No señor, yo no me atrevo a ser un indigente, como mucho prefiero suicidarme a amoldarme al sistema. Yo soy un cobarde más, quizás un poco menos cobarde que otros pero uno más. No conozco a tu madre y seguramente será un trabajadora y una luchadora para ella misma y para sus hijos lo cual me parece estupendo, si no lo es me parece tb estupendo. Nada tiene que ver eso con el hecho de que vive en un sistema que cuenta con ella para nada, que se basa en un falso bienestar para sobrevivir, que elimina cada día más libertades para enmascararlas en falsas normativas que solo retroalimentan la injusticia social y el neofeudalismo empresarial. Hay millones de personas que son héroes en millones de aspecto de su vida y con respecto a la vida de los demás y que no afrontan una lucha contra una realidad global por mero desconocimiento o por mera imposibilidad de afrontarlo, son estupendos todos ellos. Yo estoy en desacuerdo con la distribución de la riqueza, con la democracia que quita toda decisión al pueblo, con la continua discriminación sexual o racial en la sociedad en la que vivimos. Claro que se puede mejorar el sistema, por ello luchamos muchos desde dentro y logramos cambios, pero yo soy consciente de que la batalla más grande consiste en salirse de él y la forma más digna que veo en este primer mundo es la indigencia. Personas que no poseen nada, ni dignidad, ni respeto, ni dinero, ni identidad, ni cosas materiales, ni calidad de vida solo se tienen a ellos mismos (un yo alejado de nuestra versión del yo) y desde ese estado más inicial que el del resto de sus congeneres tienen una clarividencia y una libertad superior. Yo voy a botar cada 4 años para mantener este sistema, no pretendo ser yo el ejemplo a seguir sino pretendo que “los espigadores y la espigadora” de Agnès Varda o los marginados en “LADONI – PALMS” de Artur Aristakisyan sean un ejemplo a seguir.

Me alegra descubrir el trabajo que realizas con los inmigrantes y te deseo la mayor suerte del mundo y ruego que haya mucha gente como tu y que cada vez funcione mejor el sistema pero por encima de eso deseo que el castillo de naipes se derrumbe y que la gente asuma que sus problemas no son por lo bien que vive;)

Un beso.

Pd. Me gustaría que firmaseis aunque no sea mi blog.

Anónimo dijo...

Hola a todos... veo el tema animadito ;)

Antonio, no te conozco al menos en persona, indirectamente sí por lo que Javi me habla mucho de ti, y no creo que seas un cobarde. A veces hay que ser muy valiente para ir a votar tal y como las pintan... y tú sabiendo lo que sabes vas. Esa actitud es una actitud valiente.
Déjate piropear ;)
Para mojarme con el tema de la indigencia diré que los que yo conozco están destrozados... Muy consumidos por las drogas y la miseria, así que no enlazaba muy bien lo que decías en tus primeros comentarios... pero en el último apoyo 100 por 100 lo que dices.
Resumiendo que hasta que no te has explicado en el último artículo yo no lo veía muy claro... ahora sí.
Sólo una anécdota: haciéndome el camino de santiago conocí a un hombre que se había cansado de su mierda de vida como ingeniero y se había puesto una mochila al hombro y ya llevaba 10 semanas andando.... Lo próximo que quería hacer era la ruta de la plata. Él decía que eso le hacía feliz... y su anterior vida no.

Mis padres no cantaron al vent tampoco, ni fueron grandes luchadores. Lucharon a duras penas por nosotros, cobraban una mierda 40.000 pesetas al mes, pero con ese dinero se pudieron permitir tener 2 hijos y una casa. Yo ahora ni me lo plantearía.
De aquí enlazo con José: Totalmente de acuerdo con José, quien piense que no vivimos peor es que solo está interesado en poderse comprar una PSP.

Javi, mu bonito... cada día me gustan más tus padres...

Rafa.

Anónimo dijo...

ESCUCHADME TODOS DRUGOS DEL DEMONIO: yo no he escrito ningún comentario a este artículo de javi... NIN-GU-NO. vale que el segundo anónimo que responda a jose se pueda parecer a mí (yo nunca me pareceré a él) y que haga una alusión al feminismo y al bendito cyborg, pero repito: YO NO HE ESCRITO NADA. Cuando lo haga firmaré como siempren(con nombre y apellido)bastantes palos me han dado por decir lo que digo como para tener que cargar encima con ideas que no he producido. y sois unos fanáticos de la última palabra.

ANTONIO RUBIO

Anónimo dijo...

DIOOOOSSS... que mala hostia que me ha entrado.

"sous les pavés, la plage"

Antonio rubio