jueves, 12 de agosto de 2010

Carta en esta noche, de todas las noches.




Querido amigo:



Son las tres y media de la madrugada bajo la noche de Valencia. No puedo dormir. Estaba escuchando música en silencio, poblando la la oscuridad con los pensamientos cotidianos. Ya sabes que la noche los hace más nítidos y afilados. Como siempre me ha embargado la tristeza, pero esta vez he decidido escribirte. Siento el tiempo que ha pasado sin que hayamos hablado, y siento si lo que te escribo está desordenado, incoherente, inconexo, pero imagino que así reflejará mejor lo que en estos momentos siento y pienso. Disculpa este caos, pero ahora urge más el fondo que la forma.

Estoy en el salón con toda la casa a oscuras, escuchando a Ben Harper, mirando hacia la calle que tiene ese color áureo tan característico del alumbrado valenciano. Esta tarde le he enseñado a Sergio unas fotos de cuando teníamos 18 años. ¿Te acuerdas? Íbamos a comernos el mundo, a hacer la revolución. Sé que es lo típico que se dice, pero es que nosotros lo creíamos firmemente. Creíamos que podíamos cambiar las cosas y que la revolución era inminente. En la foto estamos toda la pandilla junta. Mi rostro ilumina esa alegría feliz de la melancolía adolescente. Si me vieras ahora, amigo, tras tantos años... Me siento tan viejo, asustado y confuso. Era cierto aquello de que el tiempo pasaba, incluso para nosotros. ¿Qué queda de ti? ¿Qué queda de mí? No soy ni la sombra de lo que creía entonces que sería. ¿Te acuerdas el miedo que sentíamos a echar a perder nuestras vidas? ¿El miedo a sentir lo que Proust sintió con la respuesta de aquella joven? Pues ahora lo siento, ahora en la intimidad de la noche, de la oscuridad, en el momento en que ningún amigo me puede reprochar mi melancolía, ahora siento nítidamente que voy cayendo inexorablemente a un lugar, no sé dónde, donde nada cambia y, sin embargo, todo es más oscuro.

¿Sabes que cada día me cuesta más sonreir, y que cada día me siento más alejado de todo lo humano? Necesitaría tanto que estuvieras esta noche a mi lado, y que me dijeras que esto va a terminar, que mañana, tras la lluvia de estrellas, esta sombra que se va extendiendo dentro de mí saltara de mi mirada a la profundidad del bosque... Pero ya ni siquiera creo en la magia de lo imposible.

¿Esto era vivir, amigo? ¿Para esto tanto apretar los dientes y mirar adelante? ¿Para esto tanta canción, tanto discurso... tanta espera?

Pero déjame que te cuente algunas cosas, que ya nada sabes de mí. Me enamoré, y sólo duró unas semanas, apenas tres, pero fueron tan felices... Sí, querido amigo, por fin fui feliz completamente. Pero se terminó y su recuerdo me sigue atormentando todos los días. Ahora su forma se ha difuminado, mezclado con otros a quien quise, y los recuerdos felices son de uno y de otro. Pero también he sido bien amado, y por buenas personas. Ahora estoy solo otra vez (¿acaso no lo estuve siempre?). Sigo esperando amar y ser amado, aunque ya no lo espero mucho, y creo que ser querido es ya de por sí el mayor de los privilegios que podré alcanzar. Pero déjame que te cuenta más.

Tengo amigos, y son lo que de verdad me causa la felicidad que llego a sentir. No te voy a hablar de ellos porque no procede, pero sí te diré que me hacen vivir, que me hacen seguir. En cierta ocasión mi madre me dijo que cuando estuviese muy triste y no tuviese fuerzas para vivir, pensara en aquellos que me quieren y que, por ellos, encontrara fuerzas para que mi estar les ayudase a vivir. Así ha sido hasta ahora. Pero es que ahora ni siquiera estoy convencido de que consiga eso. La fortaleza que siempre pretendí y que vosotros creísteis (y os ayudaba a vivir, como tú me decías) ya se ha descubierto con toda su terrible desnudez.

Tú supiste del mal que me corroe, y ahora algunos de mis amigos lo conocen. No sabes cómo me consume, cómo, y cómo me arrastra a la desesperanza, a la indefensión. Por cierto, ya no guardo rencor a mi madre por escribir aquella carta, ahora sé que me ayudó a creer en un futuro mejor y que ello me permitió seguir adelante, aunque ahora ese futuro se revele más triste y ceniciento de lo que era aquel pasado. Pero no creo que pienses que todo está mal, porque no es así. Todavía me queda la literatura y los amigos. Todavía es suficiente.

También quiero decirte que estas vacaciones están siendo un poco grises. ¡Qué iluso fui! Creía que podría volver a huir, que podría empezar de nuevo. Sí, lo sé, no es la primera vez, no debería haber caído. Pero es que esta vez necesitaba creer que era verdad. Tú me entiendes ¿verdad? Necesitaba creerlo. Y ahora te escribo desde el silencio de mi noche para decirte que no pude. Lo intenté, ¡Dios sabe que lo intenté! Pero no pude, y sin embargo me quedé tan cerca...

Pero no te preocupes, mañana amanecerá y todo parecerá más limpio, aunque para eso quedan unas horas, y ahora los recuerdos se agolpan en mi angustia. Tranquilo, algunas cosas no han cambiado, y una de ellas es ésa. Mañana lo intentaré otra vez. Mañana será posible, aunque esta noche sepa que no.

Bueno, voy a ir acabando. ¿Sabes? Casi no pude contener las lágrimas cuando leía El Príncipito en La Albufera con Cristian. No puedo evitar preguntarme siempre que lo leo, si el principito no tendrá un espacio en su pequeño planeta para mí. Daría tanto por ver las puestas de sol a su lado, y podríamos ver tantas como quisiésemos con sólo mover un poco nuestras sillas... Daría tanto por tener sólo una flor, tres volcanes (uno extinto) y un cordero... Daría tanto porque una bandada de avez migratorias me llevaran con él, Lejos, muy lejos, tan lejos...


Ahora sí me despido. Sólo me resta decirte que, aunque no estés, siempre estás. Echo tanto de menos tu amistad que nunca rozas si quiera el olvido a pesar de los años de silencio.


Un abrazo de tu amigo.


Javitxu



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra tanto de que hayas retomado las ganas de volver a escribir en tu blog. Pero veo que con tristeza. Todo lo que cuentas me ha emocionado. Intentas que el Principito lea tus parrafos, pero sabes que eso será dificil. Tienes muchas cosas en tu vida, yo lo se, pero piensas que en la soledad conseguiras lo que te propones, cosa incierta, ya que lo unico que hace la soledad es arrancar los recuerdos tristes y desafortunado y los perfila en forma de caricatura ante tus ojos. Tambien la soledad, la soledad que sientes, es consecuencia de nuestros actos. No dicen que somos lo que comemos, pues lo mismo con las cosas que hacemos. Has dejado pasar en tu vida cosas de incalculable valor, cosas que por orgullo has dejado de lado, sin mirar las consecuencias que eso podia generar en tu pequeño planeta. Dices que te gustaria estar con el Principito (y eso que lo tienes en tu piel marcado, como se marca a una rés), sentarte a su lado, tener una flor, volcanes, pero en ningun momento has hablado de lo que tiene la Flor con el Principito, y que tu te niegas tantas veces, EL AMOR. El Principito nunca aceptaria compartir el amor de la Flor contigo. ¿Por qué te da tanto miedo el verdadero compromiso? Acudes a los recuerdos pasados para intentar superar los pensamientos del presente, y lo unico que consigues es no evolucionar. Hay personas que te quieren, acercate a ellas y no caigas en la monotonia de los pensamientos pasados. Puedes tenerlos, pero guardalos con llave y candado en el cajon de tu memoria. El tiempo es eterno, pero nosotros no, tenemos principio y fin. No dejes que la soledad se apodere de tu tiempo. Cuantos planetas como el del Principito deben existir??? Infinitos.

ImTian dijo...

Te acompaño :)

Anónimo dijo...

Javi,yo estoy en valencia y necesitaria verte.

No dejes de escribir,no sabes la de veces que he buscado una nueva carta tuya co ilusión renovada.

Javitxu dijo...

¿Quién eres? Imagino que tienes mi correo, escríbeme ahí.

ivan dijo...

Hola soy el anonimo de valencia que escribió ayer,me gustaría que me mandaras tu correo y poder hablar contigo y decirte quien soy.

Estoy en un momento muy dificil en mi vida y tus cartas me hacen mucho bien.

Mi correo es:ivanfernandez@gmail.com

rosquilleta dijo...

te acabo de conocer (mentira, te recomendó nuestro amigo rafa), y este post fue un poco largo, pero intenso, muy inteso.
Mucho ánimo!!!

Sigue escribiendo, que yo seguiré lellendote.

Un cálido abrazo.